lunes, 21 de septiembre de 2009

Lista del fin de semana

Me gusta hacer listas. Pero es que, además de gustarme, no puedo evitarlo. Llevo siempre encima una libretita con las tapas encuadernadas en piel, que compré en una librería de Praga, y allí lo apunto todo: mis cuentas que no salen, la lista de la compra, los libros que he leído o que quiero leer, las películas que me recomiendan, visitas al médico...

Este fin de semana ha dado mucho de sí. Igual demasiado. Y contarlo bien sería muy largo. Supongo que habrá temas que, como un boomerang, irán y volverán, y se harán hasta repetitivos. Pero, de momento, me apetece hacer una lista. En este fin de semana:

1. Económicamente, he conseguido capear el temporal. El dinero, ya en mi bolsillo, que gané volviendo a trabajar en el bar de Martín me irá genial para afrontar esta última semana de mes con cierta tranquilidad. Que vengan las facturas que tengan que venir. Además, este próximo fin de semana, volveré.

2. Laboralmente (y me refiero a mi trabajo de verdad), me ha ido fatal. El sábado por la noche fue muy tranquilo. Jugaba el Barça, y eso se notó. La gente llegó, pero era ya muy tarde. Y ya es mala suerte, porque con la de bares y sitios de copas que hay en Barcelona, que Javier, junto con su horda de amigotes borrachos de despedida de soltero, decidiera plantificarse en el que yo estaba sirviendo detrás de la barra.

Ya lo comenté: Javier es un compañero de trabajo que no es precisamente santo de mi devoción. Sobrio, ya no lo aguanto. Borracho, balbuceante y mirándome el canalillo... lo aporrearía. Y si encima, hoy, cuando he llegado al trabajo, resulta que ya todo el mundo sabía qué había hecho yo el fin de semana, pues casi que le cosiría la boca.

Es que no me gusta que hablen de mi, y mucho menos que hagan conjeturas sobre cosas que no importan a nadie más que a mí. Hoy soy la comidilla del trabajo. Y eso durará...

3. Sentimentalmente... Marcelo se comportó. Sí que vino -y estuvo tentado de romperle la cara al imbécil de Javier cuando, borracho perdido, intentó que su mano tocara aquello que sus ojos no podían dejar de mirar (no me hubiera importado demasiado, sinceramente)-, pero vino tarde, cuando el Barça había acabado de jugar. Se sentó con sus compañeros del gimnasio en una mesa, y estuvo allí, tranquilito, hasta que decidieron irse a otro sitio. Cuando yo salí, fuí a donde estaban, y muy bien, la verdad. Ese es el Marcelo del que me enamoré, y no el individuo celoso, posesivo y controlador que asoma de vez en cuando. Estuvimos prácticamente todo el domingo en la cama, y no precisamente durmiendo.

4. A pesar que pasan los años, sigo sin entender a qué coño juega Martín. Se casa con Elly en noviembre, y sigue haciendo el gilipollas. Y él sí que tiene una edad.

5. Creo que hablo siempre de los mismos: Marcelo, Martín, Elly... Son personas importantes en mi vida actual. Y creo que se merecen un post cada uno de ellos. Lo pensaré.

1 comentario:

  1. Lo de las listas molan, asi no se te olvidan las cosas. Aunque unas son las listas de recordatorio, y otras las de anotar lo q has hecho. Que tambien estan bien.

    Yo ultimamente solo hago las listas de la compra, q no molan tanto, pero tambien son necesarias.

    Un besete.

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